NATALIA MONTEJO

Natalia Montejo nació en Bogotá, Colombia. Es escritora y profesional en Estudios Literarios con una Maestría en Filosofía de la Universidad Javeriana. Cuenta también con una Maestría en Escrituras Creativas de la Universidad de Salamanca-España. Se desempeña como docente en UNIMINUTO en el Programa de Comunicación Social-Periodismo. Lidera el proyecto de escrituras creativas El Árbol Rojo del que hace parte su programa radial sobre literatura.

***

El adjetivo en el psiquiatra

—Son los poetas, doctor, 

me espantan. 

Sus rostros reflejan vergüenza.

Si aparezco en su escritura,  

soy el granuja, 

el desdeñoso, 

el que no tiene temor de Dios. 

Me tachan, 

me quiebran, 

me limpian, 

me borran. 

En mi pecho cargo la insignia amarilla.  

Soy el que no debe aparecer en la fiesta. 

Pero cuando la noche deja de ser noche 

y es blanca, 

o la leche, 

negra, en la voz de Celan, 

me miran de reojo 

y ruegan que no los abandone.  

Eran otros tiempos 

en los que fui feliz.

Hoy soy El hombre del saco, 

atemorizo 

al poeta.  

.

.

.

.

Los abuelos 

Arcilla cocida y dura
Alma de verdes collados

Jorge Carrera Andrade, 

Jorge Enrique Adoum, 

Hugo Alemán

En esa taza de cerámica hecha a mano,

el café de la mañana me espera caliente.

En ella el día sabe bien, 

el volcán retumba en el fondo.

.

Tuve la suerte de encontrarla abandonada 

en el mercado de Otavalo 

Estaba escondida detrás de las tinajas. 

Se refugiaba en la sombra.

.

Las manos de una joven me la entregaron 

como si fuera un copetón lleno de frío. 

 “Antes fue barro y ceniza del Imbabura” me dijo, 

“hasta que mis abuelos le dieron su forma”.

.

Sus abuelos y los míos 

.

fueron enterrados en vasijas de barro.   

}

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.

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Sin bailar 

Ya te lo dije traigo de todo,
caserita, no te acuestes a dormir
sin bailar la rumba que vacila

Ismael Rivera 

Detrás de la barra 

los discos de vinilo 

aguardan la noche 

para resucitar a los muertos

.

De las tumbas 

surge el Sonero Mayor   

La descarga de la trompeta recuerda 

la promesa del carguero de cemento

Promesa de los humildes que levantan la voz con ritmo 

con sal en la boca y llagas en los pies

.

Una oración al Nazareno 

Un grito entonado de la negra que no soy 

Un arrullo del mar 

que jamás tuve 

.

El eco del tambor que golpea la montaña 

se levanta con otro ritmo

Golpes y vientos más fríos 

Frente a la pista de baile 

sin bailar  

soy un árbol en la niebla

.

El bar se llena con parejas listas para el bongó

Muchas caras lindas

Caras que hablan distinto

Sombras movidas por el fuego 

.

Lástima que abandoné el tabaco 

cada vez me alejo más de eso que calcina

.

Los acorralados 

Si los elefantes no rompen la cadena que los ata,

¿qué esperar del humano frente a las suyas intangibles? 

.

Si el brío de los caballos salvajes 

no acaba con la madera del establo, 

¿cómo el suspiro del mendigo

quebrará la cerca del hambre?

.

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