Alexánder Buitrago Bolívar, Poeta Zipaquireño nacido en los años 70. Este hombre de ancestral raza muisca denota una pasión por la poesía admirable. El bardo participó en varios colectivos literarios y por su rendición de cuentas a la palabra ha obtenido varios reconocimientos literarios. A pesar de provenir de la sal su elemento es el fuego; no hay estación que no haya sido incendiada por sus versos.
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Lo conocí no hace mucho
Llevaba libros en su mano izquierda.
Caminaba como Janis Joplin
o Kurt Cobain
y vestía traje arrugado de bombero.
Tarareaba Yellow Submarin
y escribía agua en sus poemas
a causa de sus naufragios.
Escribía poemas cuentos columnas
escribía
y se le escapaban sus personajes literarios
saltaban de sus párpados
o se escondían detrás de sus tachones
al imitar los versos de Sabina.
Su abrazo no era de agua
ni le nacían raíces de la frente
como en los poemas de Octavio Paz.
Su abrazo era de ajedrecista
rodeando el rincón sin reina
para convocar al olvido
por toda la casa
a duendes
y fantasmas
para limpiar
o desinfectar
ropa de niebla
zapatos de lluvia
o pantalones esperando.
Yo creo que
en el fondo de su pesadumbre
es menos terrestre
más aéreo
poeta al fin como en sus sueños.
Para Jonathan Rincón
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Rocky Balboa
Soy Rocky Balboa
y persisto en mi derrota
en el ring de mis ahoras.
Inútil, frente a mí mismo,
tiemblo como una campana.
Equilibra mi peso el primer jap.
El segundo gancho al hígado
me derrumba dentro.
Soy menos dios después de todo.
Aquí soy más barro aún
y con cicatrices dentro.
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Armisticio
Rodearte en un solo verso.
Anudarte a besos la cintura
un domingo de palomas
y globos en la plaza.
Sitiar tu alrededor de miel
y pernoctar en tu vértice
sin habitaciones ahogadas
o abrazos sin esquinas.
Besarte ovillado,
sin escombros de por medio.
Mis puertas
aún no han sido abiertas.
Por ellas no has entrado.
Ha ingresado el aire
y la música.
Puedes derribarlas,
asaltar las ventanas
y quemarlas.
Eres fuego, al fin y al cabo.
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