Soledad Castresana es argentina, de la provincia de La Pampa. Estudió Letras y se formó, también, en talleres literarios.
Publicó los libros de poemas Carneada (2007), Selección natural (2011), Contra la locura (2015) y Que sangre (2019). Poemas suyos hacen parte de varias antologías de poesía argentina y latinoamericana. Además, escribe pequeñas crónicas y prepara su primer libro de cuentos.
Entre otras ciudades hermosas, vivió en Bogotá y en Medellín.
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Algunos animales
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la suerte del que come
un pollo salta
va dejando sobre la arena
el rastro de sus tripas
la sombra tibia de los órganos
que insisten
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cada paso lo ahueca
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cuando queda vacío
huesos y plumas
cae
sobre otro pollo rendido
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en un rincón del gallinero
con la cloaca del ave
todavía entre los dientes
el perro se relame
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no conoce
la suerte del que juega
con la comida del amo
(Carneada, 2007)
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Manta raya
Si fuera pájaro
nadaría.
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El mar
descansa en el aire
(Selección natural, 2011)
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Cacería
Nos dijeron que heredamos la lengua y las marcas de la piel, pero nada dicen todavía del silencio que crece en nuestra casa como un río. Afuera andan sueltas las palabras con los tigres y en el jardín sólo hay piedra.
Nosotras no queremos esperar lo que es incierto. En cuanto baje la luz, soltaremos los perros.
(Contra la locura, 2015)
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Mi madre de visita
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Aparece un insecto en la casa, una suerte de grillo
salido de un mal sueño del Creador.
“Cara de niño” lo llaman. No hay metáfora.
Investigo y todo es mito: los poderes terribles
de los ojos, el veneno mortal, el mismísimo
rostro del maligno tatuado en el abdomen.
No es que yo no sea valiente,
pero tiendo a procrastinar. Pasa el día y otro día
y queda el bicho muerto en el rincón.
Hasta que llega mi madre de visita. Desde lejos,
se lo muestro, lo señalo, se lo explico. Ella,
nada de escoba ni de escudo, lo agarra de una pata.
Parece un bebé recién nacido –dice–. No es tan feo.
Y lo mete en la basura.
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(Que sangre, 2019)