‘Mi mamá es muchas mujeres al tiempo y a veces la veo en la calle
Tres poemas para sobrevivir en Bogotá y una ñapa
cuando no esperaba verla y está abrazando a otro pelao y yo siento su
calor abrazándome como la noche pero en la noche la policía me mete
a la cárcel y se orina encima de mi rostro y sus orines se confunden
con mi llanto’
Publicaciones Chirriar Armenia, Quindío.
César Cano
Muchos debates se han generado alrededor de la marginalidad en el presente académico, hablan sobre la negligencia fiscal institucional, la pobreza multidimensional, vida comunitaria carente de cohesión y muchas otras construcciones intelectuales donde nos encasillan a nosotros, los que ya no queremos ser solo un fragmento en la crónica roja, los marginados. La predominación de un lenguaje abstracto e ilustrado -de académicos para académicos-, son prácticas clásicas que excluyen a la gente que realmente está sufriendo este fenómeno y necesita comprender el porqué en su casa no hay luz, porque caminan descalzos o porque sus reuniones familiares son los domingos en La Modelo.
MARGINALES
Para contraponerse a la producción académica excluyente y segregaría, las comunidades han venido desarrollando sus propias formas de investigación para la búsqueda de una sociedad más amable, esto con ayuda de herramientas como la educación popular, la artesanía, la soberanía etílica y muchas otras cosas, un ejemplo claro y acertado de esta práctica comunitaria es MARGINALES, un movimiento social, popular y comunitario de jóvenes, mujeres, disidencias de género, hombres: artistas, gestores culturales y ambientales, educadores populares y emprendedores. Marginales se junta alrededor de la acción y la defensa de la vida digna y el territorio, integran herramientas pedagógicas en torno a la educación popular, las economías solidarias, el cuidado, el diálogo de saberes, la construcción colectiva del conocimiento, la autonomía, el apoyo mutuo y la solidaridad.

‘El hambre es esas nubes incendiadas que escriben el poema
Tres poemas para sobrevivir en Bogotá y una ñapa
y mi mamá en otro lado le cose oraciones a las manos del Dios que
tengo entre los ojos para que yo no me queme y esté vivo y la ame
aunque no la tenga, aunque este país sea una piedra que me rompe la
cabeza’
Publicaciones Chirriar Armenia, Quindío.
César Cano
El pasado 28 de diciembre, Marginales nos acompañaron en una entrevista dónde nos contaron su experiencia como organización que actúa desde las prácticas comunitarias y populares, la creación de herramientas didácticas que aciertan a las necesidades educativas de poblaciones excluidas y olvidadas históricamente.
Si quieren saber más de esta entrevista, en el siguiente link la pueden encontrar.
Esta entrevista logró una reflexión sobre cómo lo académico muchas veces es insuficiente para clasificar y reparar las necesidades sociales, de como desde lo barrial nos abrimos paso ante esta arremetida capitalista que busca mantenernos siempre en lo subterráneo, de como mordemos el asfalto que asfixia nuestra cotidianidad y hace pesados nuestros huesos, pero él apañe, los afectos, y la acción catapultan nuestra visión esperanzadora de una vida dónde el crujir de las tripas fue la escuela para aprender a escribir -hambre-.