FADIR DELGADO ACOSTA

Fadir Delgado Acosta: Escritora de Colombia. Premio Internacional de poesía Tiflos de España 2021. Premio internacional de poesía Universidad Nacional de Costa Rica 2020. Mención especial del Premio Internacional de poesía de Puerto Rico, 2020. Finalista del VII Premio Internacional de Poesía Jovellanos de España, 2020. Premio de poesía de del Portafolio de Estimulo de Barranquilla (2017). Premio Distrital de Cuento de Barranquilla (2018), entre otros reconocimientos. Es magister en creación literaria, y entre los libros publicados se pueden mencionar: La Casa de Hierro, No es el agua que hierve, El último gesto del pez (Colombia) Lo que diga está lleno de polvo (Ecuador), Sangre seca en el espejo, (Costa Rica), La tierra que se tragó el cuerpo, La Temperatura exacta del miedo (España), entre otros. Se desempeña como tallerista literaria y es coordinadora de la Fundación Artística Casa de Hierro de Barranquilla.

***

El trazo de la tiza

.

Te hablo de los domingos:

.

A veces los domingos entran a la casa sin corazón

Otras veces lo traen en la mano y el corazón tiene el olor de la comida trasnochada

que se guarda en la nevera

.

Quiero hablarte de las moscas que lo miran empujar las puertas 

igual que los borrachos cuando traen en los ojos la náusea del bar

.

Te hablo de la mosca brillante

La que no atrapé nunca

.

A la que le dejaba comida bajo la cama para que cayera en la trampa

.

A los domingos no se les puede poner trampas

Nunca comen del veneno que se les deja en la puerta

.

Creo que tienen los ojos de un héroe ebrio que jamás encontró la guerra

Por eso siempre buscan el duelo

Por eso buscan morder la sangre de algún cuerpo que estira el cansancio en la

cama

.

A Eme le harán una cicatriz en el pecho

Te lo confieso y lloro sobre mi estómago que ahora es una piedra que te cubre 

.

No sé por qué al pensar en la cicatriz imagino el trazó de una tiza sobre un pizarrón

A Eme le rayarán el pecho

.

Es posible que también me pasen la misma tiza por el vientre

Por eso prefiero hablarte de los domingos

Me parece cruel pensar que el pecho de Eme es un pizarrón

A ella le preparan el cuarto de un hospital y yo te cuelgo una cortina de osos y reptiles

en este cuarto que aún no te nombra y donde sin miedo podría esperar el fin del mundo.

.

.

.

.

La oscuridad es un puñado de lentejas

.

El enfermo ha cortado la cabeza del hambre

Se limpia el frío de los dientes para tragársela

El hambre sabe a oscuridad

-dice

No le creo

Nadie le cree

.

Entonces mastica la oscuridad

.

la saca de su boca y me la muestra

.

La oscuridad es un puñado de lentejas

.

Debo comer la oscuridad sin sal –advierte-

.

Qué hiciste

para venir aquí a congelarte los huesos

Qué hiciste

para venir aquí a esperar la madrugada

.

Qué hiciste 

para venir aquí con el estómago ahogado en hielo

.

El enfermo se dice:

.

La comida en el hospital es un juguete de plástico que busca la sed en la boca

Un juguete de plástico que hierven en las aguas del vértigo 

.

El enfermo no lo sabe

.

El hospital es un depósito donde se amontonan pedazos de carne

.

Entiende

Entiende

La gente espera que alguien ponga cajas de pastillas en sus mesas de noche

En estos corredores no solo la enfermedad apunta a la cabeza

.

El frío en los hospitales es una lata reventándose debajo del cuerpo

.

El enfermo me enseña su frío

Su frío corta demasiado

Tiene un óxido que se derrama por la herida

.

El temblor de sus manos acaba de incrustarle un tenedor a la cabeza del hambre

.

Ahora veo que la oscuridad escapa de su boca 

.

Los pies del enfermo sobresalen de la cama

Se ven como dos flechas que apuntan al cielorraso donde caen los muertos

.

Ahora apuntan hacia mí

Me ofrecen su oscuridad

Y en la oscuridad podemos ver el porvenir

Y el porvenir es un animal de nieve

que los enfermos sacan del fondo de un espejo.

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